Reforzamiento Positivo

Un reforzador positivo, es un acontecimiento presentado inmediatamente después de una conducta, provoca que la frecuencia o la posibilidad de que ocurra la conducta aumenten. El término reforzador positivo es a grandes rasgos, sinónimo de premio o recompensa.

Dentro de los reforzadores positivos, existen factores que influyen en la eficacia del reforzador positivo:

1. Selección del comportamiento que se quiere incrementar: Las conductas que se quieren reforzar deben ser antes identificadas específicamente. Si se empieza con una categoría general de conducta (p.ej. ser más simpático), habrá que proceder a identificar aspectos específicos (p.ej. sonreír) que caractericen esa categoría.
2.  Elección de los reforzadores: El alimento es un reforzador positivo para casi cualquiera que no haya comido nada en las últimas horas. Las golosinas son reforzadores para la mayoría de los niños. Por otro lado, diferentes personas se activan ante distintas propuestas. La clave es aportar un reforzador que sea efectivo para la persona con quien se está trabajando en ese momento.
3. Operaciones motivacionales: La mayoría de los reforzadores no serán efectivos a menos que la persona haya sido privada de ellos durante cierto tiempo antes de otorgarlos. En general, cuanto mayor haya sido el tiempo de privación, más efectivos serán. En este factor entran los conceptos Privación y Saciedad.
4. Tamaño del reforzador: La cantidad del reforzador debería ser lo suficientemente grande como para fortalecer la conducta que se quiere incrementar. A su vez, si el objetivo es llevar a cabo un número determinado de ensayos durante una sesión, como al enseñar habilidades básicas de lenguaje a una persona con un trastorno del desarrollo, el reforzador de cada ensayo debería ser lo suficientemente pequeño como para minimizar la saciedad y maximizar el número de ensayos reforzados en cada jornada.
5. Instrucciones, el uso de reglas: Para que un reforzador incremente la conducta de una persona, no es necesario que ella sea capaz de hablar o indicar que comprende los motivos por los que está siendo reforzada, no obstante, por lo general es aconsejable emplear instrucciones. Hay que explicar que las instrucciones son reglas específicas o guías que indican que determinadas conductas desaparecerán en situaciones concretas.
6. El reforzador ha de ser inmediato: Para conseguir una eficacia máxima, un reforzador ha de aplicarse inmediatamente después de la respuesta deseada. Ejemplo, cuando el marido recoge la ropa de su mujer y la pone en la cesta, ella le da las gracias inmediatamente. Si hubiera esperado a la mañana siguiente para hacerlo, su agradecimiento no hubiera tenido el mismo efecto. Hay ocasiones en que algunas conductas se ven aparentemente afectadas por un reforzamiento demorado.
7. Refuerzo contingente y no contingente: Cuando una conducta debe ocurrir antes de que el reforzador sea presentado, se dice que el reforzador es contingente a esa conducta. Si el reforzador se presenta en un momento determinado, a pesar de la conducta precedente, se dice que el reforzador no es contingente.
8. Independizar al estudiante del programa y el cambio a los reforzadores naturales: Después de haber establecido una conducta gracias al uso correcto del refuerzo positivo, es posible que un reforzador del entorno natural de la persona asuma su mantenimiento.
Por ejemplo, a veces es necesario emplear golosinas para reforzar la conducta de nombrar objetos en niños con trastornos del desarrollo. No obstante, cuando salen del aula y vuelven a sus casas, a veces dicen las palabras que han aprendido y reciben a cambio la atención de sus familiares.

Posibles ejemplos de reforzamiento positivo:
A) En la vida diaria:

  • Dar las gracias a alguien que nos cede el paso.
  • Reír o sonreír cuando alguien cuenta un chiste.
  • Decirle a alguien que nos gusta cómo sabe decir las cosas.
  • Invitar a alguien a tomar algo después de habernos ayudado.
  • Elogiar a mamá por lo bien que le salen ciertos platos.
  • Darle a un compañero una palmadita en la espalda por un comentario ingenioso realizado en clase.
  • Pagar por un trabajo realizado.


B) En el ámbito clínico:

  • Alabar al paciente por llevar a cabo una exposición a una situación temida o por los progresos logrados.
  • Dejarle ver a un niño encoprético cierto programa de televisión por haber defecado en el váter.
  • Dar cromos a niños asmáticos por usar el equipo de inhalación.
  • Invitar a cenar a la pareja por ciertos avances conseguidos en el tratamiento.
  • Dedicar un tiempo a participar con un hijo en su actividad preferida por haber cooperado con su hermano.

Bibliografía

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